En 1939 Newell’s Old Boys solicita su incorporación a los torneos nacionales de la Argentina a la «Asociación del Fútbol Argentino». Fuera de estas tendencias y de la época de apogeo del género está Morirás en Chafarinas, de Pedro Olea, sobre la novela homónima de Fernando Lalana. Pedro Calderón de la Barca ya fue adaptado en el cine mudo. Aunque tal vez sea Alejandro Amenábar y su película Los otros la más importante y exitosa película de terror del cine español, no debe olvidarse que desde finales de los sesenta se realizó un cine de terror de bajo presupuesto, más destacado por el empeño de sus realizadores por hacer cine y, a menudo, más valorado fuera de España que en el propio país. Otro género tipo de cine recurrente de los años sesenta y primera mitad de los setenta es el que promocionaba zonas turísticas de las costas españolas. Este género tuvo su primer éxito en 1948 con Botón de ancla, de Ramón Torrado, que tendría dos versiones más, una en los años sesenta y otra en los setenta. Destacar también la película Volando voy de Miguel Albaladejo, que volvía a los años setenta para contar la vida del Pera -un mítico delincuente juvenil finalmente reinsertado en la sociedad-.
A esta película siguieron otras en el mismo tono, en las que destaca el actor protagonista de Los tramposos, Tony Leblanc, verdadero icono del género en esta primera época. Pero ha sido en los últimos años cuando el género ha logrado sus mayores éxitos con Barrio de Fernando León de Aranoa, El Bola, de Achero Mañas, o Siete vírgenes, de Alberto Rodríguez. Los numerosos filmes protagonizados por Andrés Pajares y Fernando Esteso podrían ser encuadrados dentro de este subgénero. Finalmente, el género acabaría siendo homenajeado en la arrolladora -2,5 millones de espectadores- La niña de tus ojos (Fernando Trueba, 1998), comedia inspirada en las andanzas de las folclóricas que trabajaron en los estudios cinematográficos alemanes a finales de los años treinta. Cronológicamente, las primeras estrellas que destacan son Imperio Argentina, Estrellita Castro y Concha Piquer, que dominarían los años treinta y principios de los cuarenta protagonizando películas dirigidas en su mayoría por Florián Rey y Benito Perojo.
Salvo excepciones, por ejemplo, La vieja música, del director Mario Camus, que trataba de baloncesto, aunque solo superficialmente, y la película oficial de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992 titulada Maratón y dirigida por Carlos Saura, la mayoría de las películas españoles sobre deportes han sido de fútbol o de boxeo. Antes de hablar de las películas de Carlos Saura, que es el gran impulsor de este género, hay que citar dos películas de Francisco Rovira Beleta: Los Tarantos (1963) y El amor brujo (1967), ambas películas consiguieron el hito de ser nominadas al Óscar. Lola Flores ya había realizado películas a finales de los cuarenta, como Embrujo (Carlos Serrano de Osma, 1947), con su entonces pareja el cantante Manolo Caracol. Los cincuenta comienzan con el dominio de Juanita Reina, aunque el duelo de esta década será el que protagonizaran Lola Flores y Sara Montiel, cuya hegemonía se extenderá a la década siguiente.
En la fecha 16, recibió en Quito a Perú, donde Ecuador sentenció prácticamente su eliminación, al caer por 1-2 con goles de Edison Flores y Paolo Hurtado, mientras que para los locales descontó Enner Valencia. Sería Jacinto Molina, bajo el seudónimo de Paul Naschy, quien además de director fuera el actor más prolífico en el género, convirtiéndose en el actor que más veces ha interpretado al hombre lobo, si bien ha interpretado prácticamente a todos los monstruos habidos y por haber. Durante los años sesenta y setenta, pese a que continúan los rodajes protagonizados por Sara Montiel, Lola Flores, Paquita Rico y Marujita Díaz; se produce una decadencia del género si bien se incorpora a él una figura ascendente, Rocío Jurado, que interpretaría varias películas. El trío de artistas de mayor éxito del género sería completado con Rocío Dúrcal, que si bien debutó algo tardíamente, a los 16 años, en Canción de juventud (1961), rivalizó con los dos anteriores en el tipo de películas y el público al que iban destinadas. El género, prácticamente desaparecido en los ochenta, tiene un último momento de pequeño éxito con las películas protagonizadas por Isabel Pantoja: Yo soy esa (Luis Sanz, 1990), que se acerca al millón y medio de espectadores, y El día que nací yo (Pedro Olea, 1991), con resultados de taquilla inferiores.
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